
Un par de hojas secas y ramas se transforman en fuego y nos encontramos en una playa. La fm nos pone románticos y comienzan las caricias pero se acaban y nos sentamos uno frente al otro y nos miramos; podemos ver nuestros pensamientos que se esfuman entre el humo y el viento mientras una estrella luminosa desciende y se besa con una ola; vemos un par de sombras que nos miran y no entienden nada. Qué hermosa noche, qué hermosa playa, qué hermoso momento es lo que está ocurriendo en este lugar lleno de fantasías reales; siento deseos de gritar:
TE QUIERO y cada vez hay más silencio. Nos olvidamos de todo lo que quedó atrás; ya no podremos volver al lugar donde vivíamos y quedó gente que nos amaba y quedaron muchas cosas. No conozco este lugar, jamás estuve aquí. Ella me sigue mirando y de sus ojos casi apagados cae una pequeña lágrima y en ese instante se apaga el fuego y de sus ojos sale una luz que jamás se apagará. Desaparece el mar, las estrellas, todo, menos esa radio que sigue poniéndonos cada vez más románticos y nuestros cuerpos se hacen invisibles y corremos para encontrarnos en un beso hasta la eternidad y al estrecharse nuestros labios, quedamos pegados y morimos, pero de una manera especial, inéxplicable. Y todo lo que ocurrió, ya quedó atrás; nadie sabrá de nosotros, todo desapareció y esa radio terminaba de pasar el último tema y quedó ahí ... Quizás alguien la encuentre.
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