
Mucho ha pasado, pero los sentimientos para con una mujer siguen intactos. La entrega absoluta, el hecho de modificar para ser cada día más perfecto, ideal y todo para la satisfacción personal y a la vez, la de pareja. El no tener miedo de exteriorizar lo humanamente posible. Todos los estados de ánimo, salen a la luz y el corazón vibra y late de una manera más acelerada. Todo sigue y los golpes ya son cicatrices. Las marcas que más duelen, son las que no se ven. Siempre querré a mi manera. Porque lo único que importa es ser verdadero y fiel con uno mismo.
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